Hoy en día, las escuelas infantiles al aire libre están asentadas con gran éxito en el centro y norte de Europa, destacando países como Gran Bretaña, Alemania, Noruega y Suecia y comenzando a extenderse por los países mediterráneos y países del Este de Europa.
En España, los primeros pasos se dan a finales del siglo XIX y comienzos del X. Así aparecen las primeras «escuelas bosque», como la escuela del mar y la escuela bosque de la dehesa de la villa, entre otros. Tras años de paréntesis, ahora resurge en España con fuerza el movimiento de las escuelas en la naturaleza y la importancia de un espacio natural como escenario de aprendizaje.
Una de las características más distintivas de las escuelas en la naturaleza es que el medio natural es quien crea el contexto y el currículo procede de una forma más natural. Un río, la costa, el monte, una colina, el desierto… cualquier escenario natural es óptimo para desarrollar las materias educativas.
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